Señales de humo hacia Babilonia
La operación antiterrorista más grande de la historia está llena de misterios que nunca serán develados. El que te dice que sabe miente.
La Torá es en sí misma el precepto máximo que Dios legó a Moisés en el Monte Sinaí. Dentro de ella hay cientos de preceptos para regir la vida judía, y algunas pocas órdenes que fueron dadas in situ por el Creador al profeta. Entre ellas, crear cortes de justicia en cada ciudad, y una vez que se llegue a la tierra prometida, un tribunal superior compuesto por el sumo sacerdote y otros 71 sabios. El Gran Sanedrín se reunía cada día hábil en el Monte del Templo de Jerusalén para debatir y fallar en cada detalle de la vida judía y establecer precedentes, algunos de ellos aún vinculantes hasta hoy en la Halajá, o ley judía. Luego de la destrucción romana del Segundo Templo en el año 70 de la era común, el Gran Sanedrín se mudó a la Galilea, y su última gran decisión fue establecer el actual calendario hebreo. Hasta entonces, el propio tribunal determinaba el principio de cada mes al divisar el primer destello de luna nueva. Así se concluía qué duración había tenido el mes anterior (29 o 30 días) y cuándo caería cada feriado del corriente. Como el pueblo judío tuvo diáspora prácticamente desde su nacimiento, hizo falta crear un método que comunique esta noticia fuera de Israel. Con un sistema de postas que llegaba hasta la Mesopotamia, se encendían grandes fogatas en los picos de las montañas, anunciando el comienzo del nuevo mes a los judíos de Babilonia, sede de la mayor diáspora desde tiempos de Nabucodonosor II. Pero esto no duró mucho. Los samaritanos, un desprendimiento israelita en disputa con la autoridad rabínica hasta el día de hoy, comenzaron a encender fogatas en días equivocados para, digámoslo sin eufemismos, joder. Descartado este sistema, se enviaban mensualmente mensajeros a distintas comunidades y se decretó que fuera de la Tierra de Israel, los feriados debían celebrarse durante dos días en lugar de uno, para asegurarse de que el día correcto sea cumplido, independientemente de cuántos días tenga el mes en curso. El Talmud refuerza que, aunque el actual calendario y eventuales herramientas futuras hagan parecer obsoleta esta medida, por razones misteriosas y doctrinarias, hasta que un tribunal de igual jerarquía que el Gran Sanedrín lo decrete, el doble feriado en la diáspora debe mantenerse. En cualquier caso, el sabotaje en las comunicaciones de Medio Oriente y sus repercusiones llevan al menos tres milenios.
Hemos leído en las últimas horas varias afirmaciones audaces de analistas, mayormente aficionados, sobre cómo y por qué sucedieron los eventos en Líbano esta semana. Como hemos dicho ante sucesos de similar impacto anteriormente, hay una regla general: si Israel dice que no fue, no fue. Si a Israel no le molesta que se diga que tuvo algo que ver, independientemente de los hechos, no dice nada. Y por primera vez desde el inicio de esta etapa de nuestras vidas, hace casi un año, el gobierno se mantuvo coherente e impenetrable. No sólo los dirigentes con voz y voto -los miembros del gabinete político y de seguridad- mantuvieron un silencio inquebrantable sobre la explosión de miles de dispositivos del grupo terrorista Hizbalá. Hasta los ministros y parlamentarios de segundo y tercer orden, muchos de ellos célebres bocas flojas, lograron contenerse. Y esto en el medio de una disputa política. Hasta la noche anterior, era inminente que Netanyahu despida al ministro de Defensa, Yoav Galant, para poner en su lugar a su ex enemigo íntimo Guideón Saar. Aunque la relación entre Netanyahu y Galant está quebrada desde hace rato, no es por motivos tácticos y militares que este desplazamiento estaba programado. De hecho, Galant lleva la punta de lanza sobre trasladar la acción de Gaza hacia el norte. Saar tiene infinitamente menos experiencia y conocimiento militar que el ex general Galant, pero con su muñeca política prometió a Netanyahu resolver uno de los conflictos que más lo preocupan: se vencieron todas las excepciones y la Corte Suprema ordenó el reclutamiento al ejército de la minoría ultraortodoxa, mayormente exenta gracias a incontables prórrogas. Los partidos ultraortodoxos, aliados fundamentales en cada gobierno de Netanyahu, prometieron tibiamente que si esto no se resuelve no acompañarán el próximo presupuesto, lo que conllevaría la caída del gobierno y el llamado a elecciones.
Una reunión de emergencia del gabinete el lunes por la noche sobre el tema Líbano detuvo este cambio de fichas. Desde que inició el gobierno a fines de 2022, de cada reunión se filtran detalles y diálogos textuales. Por primera vez no se supo nada. El gran movimiento de brigadas y tanques hacia el norte, y el intercambio de fuego que sucede mientras se escriben estas líneas no necesariamente sugieren que el conflicto va a escalar en una invasión por tierra, pero es posible que fuercen a Netanyahu a sostener a Galant un poco más.
¿Pero qué se sabe del ataque de los beepers? Empecemos por el disclaimer: quien afirma con seguridad algo, miente. Ninguna fuente tiene nada confirmado. Los más prominentes analistas israelíes aún mantienen abiertas varias hipótesis, algunas solapadas, sobre por qué esta operación fue activada precisamente ahora. En principio, todo da a entender que una carta así se guardaba para el momento en que un ataque de Hizbalá sea inminente. No hay indicios, por ahora, de que lo haya sido, por lo cual entra en juego la más que plausible hipótesis de que en Líbano estaban a punto de detectar y descartar estas bombas micro dirigidas. La última teoría contiene una evaluación política, que el gobierno decidió activar esta opción para mover la atención desde Gaza y la presión por el regreso de los secuestrados. Debe tenerse en cuenta, pero el costo operativo y la cantidad de engranajes la hacen inicialmente desechable. Por diversas razones, lo único que se puede afirmar es que, desde los altos mandos del sistema de seguridad, es decir, ejército y agencias de inteligencia, juzgaron que este era el mejor momento para apretar el botón. Algo que se traslada a la decisión de activar también la réplica del miércoles en walkie-talkies, paneles solares y mecanismos de huellas dactilares que causaron menos pero más letales explosiones. Para entender Israel es importante tener en claro la separación de gobierno y política con sistema de seguridad y políticas de Estado. No todo lo que decide y ejecuta uno conlleva el beneplácito del otro, en ambas direcciones. Esto es así desde siempre, pero mucho más desde el 7 de octubre.
Sobre lo operacional hasta ahora hay poco descubierto, apenas algunas pistas, que nos permiten conjeturar y conectar los puntos. Hasán Nasrala, el líder de Hizbalá, no es menos psicópata que Yahya Sinwar, pero tiene la sangre más fría y es capaz de pensar de forma más estratégica. A diferencia de Sinwar, no sólo tiene apoyo del régimen de Irán, Nasrala es Irán. Pero el desafío de liderar un movimiento como el suyo en Líbano es superior al de Hamás en Gaza, donde el apoyo era hasta la guerra unánime. Más de la mitad de los libaneses detestan a Hizbalá, a quien culpan, con razón, de gran parte de sus miserias cotidianas, pero no tienen los medios para hacerles frente. El sistema de túneles de Hizbalá es de mayor complejidad aun que el de Hamás en Gaza. La cantidad de soldados, entrenamiento y equipamiento son superiores. Y aunque la orden de descartar comunicaciones por celular a los mandos altos y medios es reciente, el rumbo de Nasrala viene en esta dirección desde hace rato. No contó Nasrala con que Israel estaba varios pasos adelante, tanto estratégica como técnicamente.
Distintos expertos afirman que hacer explotar tres mil beepers en simultáneo de esta manera sólo pudo ser posible si éstos venían intervenidos de fábrica. Hasta ahora sólo sabemos que Hizbalá adquirió unos 5.000 dispositivos de la marca taiwanesa Gold Apollo. La firma asegura que no vendió ni fabricó estos beepers, sino que había otorgado una licencia para diseño, fabricación y venta a la empresa húngara BAC Consulting, y que los pagos recibidos habían sido “extraños” y a través de Medio Oriente. La pata taiwanesa de la investigación puede aclarar esto pronto.
BAC Consulting fue registrada en mayo de 2022 y en su nombre contiene las iniciales de su directora y única dueña, Cristiana Rosaria Bársony-Arcidiacono, una climatóloga del CNRS de París, doctora en Física, Política, Sostenibilidad y Desarrollo Empresarial. Según sus distintos perfiles en internet, Bársony-Arcidiacono, de 49 años, trabajó como responsable de Recursos Hídricos en la UNESCO y en la Agencia Internacional de Energía Atómica. Tanto la web de BAC Consulting como su posición en el directorio de una empresa de consultoría sobre sustentabilidad desaparecieron tras los ataques. En ambos casos se trata de empresas que en internet venden mucho humo y es difícil entender qué hacen realmente. Consultoría, bah. Sólo NBC News logró contactar a Bársony-Arcidiacono, quien respondió que trabajó con Gold Apollo, pero que sólo hizo intermediación y no fabricó nada. Le creemos, porque lo mismo asegura la inteligencia húngara. Los únicos domicilios relacionados con Bársony-Arcidiacono son la sede de BAC Consulting, un edificio residencial en las afueras de Budapest en donde se hospeda ésta y otras empresas fantasmas, y su departamento, en un triste monoblock de estilo soviético, del otro lado de la ciudad. No descartamos que Bársony-Arcidiacono sea una suerte de víctima colateral en esta historia.
La pista de este misterio se movió a Bulgaria, donde, según la prensa local, la inteligencia investiga a la empresa Norta Global, que habría facilitado la venta de los beepers a Hizbalá. Hasta ahora, según autoridades búlgaras, no se detectó que los aparatos hayan pasado por ese país. Nunca será admitido, pero todo esto tiene la firma del Mosad, acostumbrado a operar en jurisdicciones de Europa central y los Balcanes por la flexibilidad que da estar dentro o cerca de la Unión Europea, pero donde los controles sobre movimientos financieros y transparencia corporativa son bastante más difusos que en el oeste del continente. Desde este newsletter creemos que con el correr de las semanas se seguirán pelando capas de la cebolla, pero nunca vamos a llegar al corazón de la operación, que es el momento en que un representante del lado israelí es contactado por un interesado en adquirir miles de dispositivos de vieja tecnología sin que trascienda que son para una organización clasificada como terrorista en gran parte del mundo libre, lo que conlleva gravísimas sanciones. Es posible que nunca sepamos dónde se fabricaron los beepers. Nada como el misterio.
Respecto de las reacciones en Occidente sobre la operación, lo de siempre. Legisladores demócratas y laboristas, otros biempensantes del mundo libre y almas bellas y cobardes de organismos multilaterales fueron rápidos para condenar esto sin nunca haber mencionado la manera en que Hizbalá bombardea el norte de Israel desde el 8 de octubre, cada vez con mayor intensidad. Docenas de cohetes, misiles y drones cada día hicieron que por primera vez Israel evacúe su lado de la frontera con Líbano, y casi 70 mil personas lleven un año fuera de sus casas. Y esa es la definición de bombardeo indiscriminado, siendo el más nefasto el que masacró en una cancha de fútbol en Majdal Shams a 12 chicos drusos el 27 de julio. Hizbalá es muy rápido para atribuirse responsabilidad por sus acciones, salvo cuando éstas cumplen su cometido. Ahí niegan su relación comprobada con los hechos. Sobre la Operación Babel, como la llamó Victoria Liendo, qué decir, amigos. La más grande y eficaz actividad antiterrorista de la historia. Exactamente lo contrario a indiscriminado. Mínimo daño civil producto de información de inteligencia superior y ejecución quirúrgica. Miles de terroristas tienen un dispositivo. Miles de dispositivos en manos de terroristas explotan. Miles de terroristas resultan muertos o heridos. Es una guerra, y según todas sus convenciones vigentes, lo que se juzga es intención más eficacia. Dar vuelta los términos y catalogar de indiscriminada una acción de estas características en detrimento del lanzamiento de cohetes hacia el centro de poblaciones civiles sin control de estos es simplemente perversidad. Hace dos mil años, la técnica y el ingenio no eran grandes ventajas contra la fuerza y las mayorías, y el pueblo de Israel sobrevivió de milagro, aferrándose a tradiciones a primera vista anticuadas, y buscando el equilibro entre las disidencias internas. Las disidencias siguen estando, y cada vez peores, minoría seremos por siempre en cada barrio al que vayamos, pero algo de fuerza hemos adquirido, y el ingenio va a ser lo último que perdamos.
No puedo esperar a tu próximo post sobre la muerte de Nasrallah
Ojalá Spielberg haga la peli cuando se conozca un poco mas como fue.
Me gustó mucho Munich pero era demasiado culposa, este incidente es mucho mas divertido.