No se olviden de los tarados
Los Eskenazi están listos para dar vuelta la página. Canadá afloja con su amabilidad. Tensión por la guerra del Líbano III. Las divertidas aventuras de Vladi y Kimi.
"Los tarados son los que piensan que el Estado tiene que ser estúpido y cumplir lo que dice la propia empresa" Esas fueron las famosas últimas palabras de Axel Kicillof frente al Senado para explicar cómo, con viveza criolla, gauchada y empatía, el Estado se iba a quedar con el 51% de YPF (ni una acción más) pagando lo que él creía que era justo. En ese momento la joda costó 5 mil millones de dólares en bonos, no un pésimo precio, pero más que el cero prometido por Kicillof, que había hecho una cuentita inentendible en la que restaba de la compensación a Repsol los dividendos ya cobrados desde la privatización. Todo es muy confuso y a alguien no muy avezado ese planteo de Kicillof podría llegar a parecerle una pelotudez enorme, pero no se dejen engañar: es a todas luces y sin atisbo de duda una pelotudez enorme. Curiosamente (aunque pasaron no pocas cosas en el medio) el precio nominal de YPF al día de hoy sería prácticamente el mismo.
La saga de YPF es interminable, y es imposible saber cómo va a pagar Argentina los más de 16 mil millones de dólares (más intereses que siguen corriendo) que decretó como compensación la jueza Loretta Preska por no ofrecer nacionalizar las acciones de los socios minoritarios. Lo que nos ocupa es por supuesto el Grupo Petersen de la familia Eskenazi, que ingresó a YPF en 2008 cuando Néstor Kirchner le cantó al oído a Repsol Hacelo por mí. La historia es conocida, marcó un hito en las avivadas corporativas, y al día de hoy se sigue imitando globalmente, aunque con más carpa: Repsol le cede 15% de la empresa a los Eskenazi, que se comprometen a pagar con futuros dividendos. Se ponen todos de acuerdo, reparten el 90% de las utilidades (una barbaridad) y lanzan un dividendo extraordinario de 850 millones de dólares (otra barbaridad). Los Eskenazi (y/o Néstor) se pusieron golosos y se endeudaron usando esas mismas acciones como garantía para comprar un 10% más. Éramos pobres pero a 50 cuotas, aparece Vaca Muerta, el nuevo éxtasis por la soberanía energética mientras se importaba gas licuado que se subsidiaba al consumidor, un largo etc. Si Argentina hubiese ofrecido comprarle al grupo Petersen ese 25% pagándole lo mismo que a Repsol, los Eskenazi se llevaban más de dos lucapalos limpitas, en cuatro años, sin mover un pelo. Win-win visto desde acá, pero los optics daban flojo, presumimos.
Cuando el Estado ingresó a la empresa la cotización se desplomó, se cortaron los dividendos y el plan de pagos se hizo trizas. Las sociedades de cartera de Petersen quebraron y el juicio que iniciaron los Eskenazi contra aquel Estado argentino que los había hecho entrar gratis fue adquirido por el fondo de cobertura Bruford Capital por 16 palos verdes. Un regalo, porque la sentencia les otorgó casi mil veces esa cifra. Hoy se necesita más de un YPF y medio para pagarla, y Argentina tiene, recordemos, medio YPF. En Bruford son codiciosos pero pacientes y sospechan que los vamos a terminar embocando con algún bono que recoja el siguiente buitre juguetón. Por eso hace un mes Bruford pidió en voz baja a la jueza que acelere el trámite y le ceda las acciones argentinas de YPF, pero todo indica que Preska no quiere ir por ahí porque sabe que es para aún más quilombo, debates sobre posesiones de un Estado soberano, jurisdicción, corte suprema, war flashbacks burocráticos. Nos tiene bien junados porque ocupa la misma silla que la castigada espalda del recordado Thomas Griesa.
En fin, historia conocida, pero lo interesante está en el 30% de esa sentencia monstruosa a favor de Bruford que sostienen “otros acreedores". Ahí se sospecha que está el mismísimo grupo Petersen, una de las empresas a las que les importa el país. De todas maneras creemos que los hijos de Enrique Eskenazi están listos para dar vuelta la página y pensar en nuevos emprendimientos, no sabemos si gastando a cuenta de esa nuestra que tarde o temprano recibirían. Este newsletter pudo saber que los hermanos Eskenazi recientemente adquirieron un par de aviones en Estados Unidos para armar su propia aerolínea. Ojalá no se olviden de nosotros ni de Axel y le pongan Los Tarados Airways. Es lo mínimo que merecemos.
La próxima guerra, ping-pong y punteo
Canadá declaró como organización terrorista a los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, el órgano paramilitar y de inteligencia iraní encargado de exportar y tercerizar las guerras del régimen. A pesar de la indudable pertenencia con Occidente, Canadá es un país vago y lento para tomar medidas diplomáticas jugadas, y no va con la amabilidad característica decirle a alguien que no puede entrar o comerciar. Sin embargo, es inconcebible que un miembro de la OTAN no se ponga las pilas con este tema, sobre todo ahora que los alineamientos se están pasando en limpio con birome. La comunidad iraní es casi el 1% de la población y Canadá es un hub donde fácilmente se confunden exiliados del 79 con factores de poder de paso o servicios de inteligencia del otro lado de la pared de Estados Unidos. Algo similar pasa a mayor escala con la comunidad china y en menor medida con libaneses, pakistaníes y ex soviéticos. ¿Esto tiene costo? Mientras se editaban estas líneas, Ottawa anunció que se preparaba para evacuar 45.000 de sus ciudadanos de Líbano ante la posible guerra abierta entre Israel y Hizbalá, cuya casa matriz es casualmente la Guardia Revolucionaria.
Hay un principio de histeria en Israel sobre la posibilidad de botas sobre el terreno en Líbano antes de que Hizbalá decida atacar con misiles (y no cohetes) centros urbanos de todo el país, buscando saturar las defensas antiaéreas. Una guerra abierta en ese frente tiene la capacidad real de paralizar la vida en todo Israel, con significativa disrupción de servicios y actividades. Más allá del shock y la angustia, el conflicto con Hamás no generó estorbos mayores en las grandes ciudades. Sí unos 60,000 israelíes debieron abandonar sus hogares a la suerte del ping-pong diario que juegan Israel y Hizbalá en los 40 kilómetros alrededor de la Línea Azul. Esa situación se hizo insostenible, y a menos que haya un cese al fuego en Gaza, que podría desactivar este foco rápidamente, la situación no parece que vaya a desescalar, en el mejor de los casos mantenerse. ¿Qué se sabe del acuerdo por el cese al fuego? Hamás lo dilata y no hay indicios reales de que le interese llevarlo a cabo.
Una consecuencia de que Israel haya logrado controlar la cabecera sur de Rafaj en Gaza es que se terminó el comercio en negro fácil desde Egipto. Oficialmente, la ayuda humanitaria consiste en comida, combustible y otros insumos básicos, pero de un lado y del otro del enclave coordinan para meter de contrabando cigarrillos, que según el Wall Street Journal, pueden llegar a cobrarse la módica suma de 25 dólares por unidad. Uno o dos paquetes escondidos en cajas de comida, bolsas de harina y dentro de sandías. Hasta mayo, cuando Hamás aún controlaba el cruce de Rafaj, era fácil desviar los camiones y hacerse con el nuevo oro gazatí sin necesidad de tal rebusque. La oferta se redujo sensiblemente, y se hicieron habituales las redadas de grupos armados tajeando los sacos de harina en búsqueda de tabaco. Si no aparecen, la harina puede llegar a abandonarse in situ. Incluso después de que Israel haya implementado un corredor seguro de 12 horas por día, al menos mil camiones esperan en el cruce de Kerem Shalom porque los transportistas que trabajan para la ONU se rehúsan a someterse a los saqueos permanentes orquestrados por el propio Hamás. Ayer el inefable secretario general António Guterres declaró que la “total falta de ley” y el “caos” en Gaza impiden la distribución de ayuda humanitaria, y que por eso se necesita un alto al fuego inmediato. ¿Hace falta que te lo diga, António?

La que sí tuvo un cese al fuego fue la guerra de la caca y el K-Pop sobre el paralelo 38. Las dos Coreas se comprometieron a parar con la agresión, pero esta semana metieron un pas de trois con Rusia. Todos vimos las lísergicas imágenes del Dictators In Cars Getting Coffee, una visita de Estado express de 20 horas en la que lo único concreto fue un pacto de solidaridad mutua, si te atacan te defiendo. O al menos sólo eso dejaron trascender, porque se estima que Putin pretende intercambiar material bélico con Kim Jong, y de hecho en Washington y Seúl creen que Vladimir Vladimirovich ya estuvo recibiendo misiles balísticos norcoreanos. Durante décadas la Unión Soviética fue la encargada de envíar armamento a los regímenes díscolos, pero hoy las sanciones obligan a Rusia a buscar proveedores entre los no alineados. La inteligencia americana también cree que Irán ya tiene operativa una fábrica de drones Shahed-136 en la república rusa de Tartaristán. Estos aparatos kamikazes ya se vieron en Ucrania con calcomanías rusas pegadas encima del nombre en persa. Corea del Sur reaccionó reprendiendo al embajador ruso y considera armar a Ucrania, a pesar de su política de no proveer a países en guerra. El rifirrafe dialéctico va a seguir, pero lo cierto es que Putin no tuvo problemas en violar sanciones de la ONU llevándole a su amigo la limusina Aurus en la que se los vio tan contentos. Dejen disfrutar.
Hola, este tema de no lo seguía mucho. Desde hace más de 10 años que no se escucha mucho de ello en España. A muchos no les importó, pero escuché a algunos empresarios y abogados amigos míos decir que, en su opinión, había otras formas mejores de hacer las cosas.
Por lo que sé, en 2012, Argentina nacionalizó una participación mayoritaria en YPF, la empresa petrolera controlada por el Estado. Como resultado, los accionistas minoritarios presentaron una demanda, y la juez de distrito estadounidense Loretta Preska en Nueva York dictaminó recientemente que Argentina debe pagar 16.100 millones de dólares a estos accionistas. En concreto, se ordena a Argentina que pague 14.380 millones de dólares a Petersen Energía (incluidos daños e intereses) y 1.700 millones de dólares a Eton Capital. Se seguirán devengando intereses si Argentina no paga. A pesar de los problemas económicos de Argentina, tiene previsto recurrir la sentencia, parece. Burford Capital, que financió gran parte del litigio, considera que se trata de una victoria significativa contra Argentina Voy bien encaminado?
Cuando Argentina privatizó su petrolera en la década de 1990, incluyó un texto en los estatutos que establecía que si el país decidía nacionalizar la empresa en el futuro, tendría que hacer una oferta pública de adquisición de todas las acciones de clase D a un precio predeterminado.
Pero cuando Argentina nacionalizó YPF en 2012, el viceministro de Economía Axel Kicillof, vice-interventor de YPF, dijo que el requisito de la oferta pública de adquisición era una "trampa para osos" y que sólo los "tontos" esperarían que Argentina e YPF lo cumplieran, según una presentación judicial.